PPK es un hombre pragmático. El indulto a Fujimori le garantiza la gobernabilidad y lo ratifica en su función de empresario. Según los analistas económicos, 2018 será un año de incremento de la demanda de minerales, y Perú los tiene todos. ¿Impedir el desarrollo, una cierta paz congresal, la aplicación de los proyectos de infraestructura y la prosperidad por encapricharse en denegar un indulto? 

Demasiado refinamiento ético para una sobrevivencia política y para las necesidades de desarrollo. Lo más gracioso de esto es que ni siquiera fue una elección personal. Fue la situación en que lo puso la vacancia impulsada por Arana. En la política como en la vida, a veces nadie sabe para quién trabaja. Arana ha logrado quizás lo que nunca consiguió la izquierda: ser el artífice del desarrollo económico.